José Campanari

actor, director treatral, autor, contador de historias, coordinador de laboratorios sobre el arte de contar historias de viva voz y creatividad.

Nieto de inmigrantes dispuestos a olvidar. Aprendiz del arte culinaria gracias a su madre a quien acompañó en su formación como cocinera y repostera. Espía de oficios varios, cosa que le permite saber lo que hay en los recovecos del camino de un artesano.


En su recorrido de formación y búsqueda anda por diferentes paisajes. Cocinas, estudios de arquitectura y escuelas de artes escénicas son algunos de ellos.


Hacia finales de los ochenta se encuentra una bifurcación del camino  que le muestra dos posibilidades.. Una, las artes escénicas sin palabras. La otra, el arte de contar historias de viva voz. Si bien escoge la segunda, cada tanto hace alguna excursión por las otras artes que conoce.


Incorpora en el año 2006 un nueva faceta como autor de literatura infantil y publica su primer álbum ilustrado "SÍGUEME (una historia de amor que no tiene nada de raro)" con la editorial OQO,  al cual le siguen otros títulos.


Trabaja como actor, dramaturgo y director teatral con las compañías Berrobambán, Mohicania, Sarpisti, Matarile teatro, entre otras.


Actor, dramaturgo, director teatral, autor y contador de historias (entre muchas otras cosas) pero fundamentalmente curioso. Es la curiosidad lo que le lleva a meterse en la madriguera y transitar por el mundo de las maravillas que se encuentran cuando alguien reflexiona sobre tal o cual asunto. Le encanta el mundo de la teoría, y lo aborda desde la práctica. Impartiendo seminarios, cursos, talleres,  laboratorios, participando de en mesas redondas  y compartiendo un buen vino y largas charlas con compañeros de profesión.


En octubre de 2013 publica su primer libro de teoría "El anfitrión, el cocinero y el arte de contar historias de viva voz", con la Editorial Palabras de Candil.


A finales del 2015 deja su presencia física en los escenarios. Pero sigue sigue mirando el mundo con ojos abiertos y disfruta tanto del silencio, de un buena charla, de escribir o dibujar las cosas que se le vienen al alma o a la cabeza como de un rico helado de esos que manchan la camisa y te dibujan una sonrisa.