jueves, 19 de enero de 2012

RESPUESTAS A MIS PREGUNTAS EN FACEBOOK

Hola.
Durante unos días tuve estas preguntas colgadas en facebook, con el fin de utilizar las respuestas en el comienzo de la sesión "CONTAR POR CONTAR" que se realizará en la sala ALMAZEN en Barcelona, el día 20 de enero de 2012 a las 21 hs.
El motivo de estas preguntas fue el siguiente. Le puse "CONTAR POR CONTAR" como título a la sesión, pero luego me dí cuenta que el primer contar se entiende perfectamente como acción de contar en si misma, pero que el segundo contar no queda tan claro porque encierra los misterios de la acción, de alguna manera el por qué de esta acción.
Asi que para que se entienda esto de "CONTAR POR CONTAR" intenté recopilar respuestas con la pregunta ¿Por qué contar en los tiempos que corren?
Dadas las respuestas obtenidas vinieron a mi cabeza otras dos preguntas:
¿Por qué amasar pan en los tiempos que corren?
¿Por qué bailar en los tiempos que corren?
Dentro de las respuestas a estas preguntas apareció otra
¿Por qué respirar en los tiempos que corren?
Lanzadas estas cuatro preguntas en facebook, obtuve las respuestas que se pueden leer a continuación o en la sala AlMAZEN, en Barcelona, mañana 20 de enero a las 21hs.

¿Por qué contar cuentos en los tiempos que corren?
“Porque la realidad es increíble e insoportable:)” (José Luis Cano Palomino)

¿Por qué contar cuentos en los tiempos que corren?
“Para que todos podamos seguir viviendo. Con un cuento, casi seguro que no le cambiaremos la vida a nadie. Como, tampoco cambiaremos mucho la nuestra. Pero, al menos, abriremos las puertas y ventanas de nuestros sentidos y nuestros sentimientos para percibir que hay una vida diferente. Ni más, ni menos: Creando y recreando siempre, nunca repitiendo. Así me lo contaron y, así, se los cuento” (Armando Quintero Laplume)

¿Por qué contar cuentos en los tiempos que corren?
“Los cuentos son caricias que de la vida y las caricias son siempre necesarias y no tienen fronteras!!” (Eli Bello)

¿Por qué contar cuentos en los tiempos que corren?
“Porque a través de los cuentos se viven nuevas experiencias, se entra por la puerta grande al país de la fantasía y aprendemos a conocer nuevas culturas, nuevas sensaciones… y, porque al fin y
al cabo, todos seguimos siendo niños” (José Antonio Teodoro Leva)

¿Por qué contar cuentos en los tiempos que corren?
“Por reivindicar el uso de bellas palabras” (Martha Escudero)

¿Por qué contar cuentos en los tiempos que corren?
“Por curiosidad” “Y para vivir otra realidad, o la misma pero vista desde otro lado”
(Martuca Chiara)

¿Por qué contar cuentos en los tiempos que corren?
¿Por qué amasar pan en los tiempos que corren?
“Porque hay que vivir los tiempos que corren. Creo que no hay vales para otros. jaja”
(Pili Fernández García)

¿Por qué contar cuentos en los tiempos que corren?
“Porque os tempos corren, pero os contos permanecen” (Ana Carreira Varela)

Tres respuestas por pregunta. A saber….
¿Por qué contar cuentos en los tiempos que corren?
1-Porque los tiempos corren siempre
2 – Porque, si la CRISIS es una oportunidad, lo es para contar cuentos.
3 – Porque los cuentos cuentan la vida y su reverso, la no vida.
¿Por qué amasar pan en los tiempos que corren?
1 – Porque la masa se logra con masaje y el alimento así logrado ofrece sosiego.
2 – Porque son días de llamarle, por fin, pan al pan y brindar por ello con buen vino.
3 – Porque la alegría es de la vida salsa que necesita de buen pan para celebrarla.”
(Fernando Valverde Sánchez)

¿Por qué contar cuentos en los tiempos que corren?
“Porque no contarlos aumenta la prima de riesgo!!! Jajajaja” (Matilde Magdalena)

¿Por qué amasar pan en los tiempos que corren?
“Porque es mucho más sabroso hacer la masa, darle su tiempo, volverla a amasar y luego esperar el aroma que te impregna todo del pan que se hornea. No es lo mismo de panadería. Se lo aseguro. Es como la empanada casera o la simple torta frita: huele a casa.”
(Armando Quintero Laplume)

¿Por qué amasar pan en los tiempos que corren?
“Porque es un ejercicio de amor, a la masa le tienes que dar lo que pide, no lo que tú crees que necesita.” (Martha Escudero)

¿Por qué contar cuentos en los tiempos que corren?
“Para ventilar la casa cerrada… Para sentirnos cómplices con los demás que escuchan y luchan. Por amor…” (Carlos Sáez)

¿Por qué amasar pan en los tiempos que corren?
¿Por qué contar cuentos en los tiempos que corren?
“Porque es el alimento más simple al que primero echamos mano cuando la panza (o la tripa, como dicen ustedes) hace ruido; ¿por qué contar cuentos? porque es el alimento más simple, uando el alma hace ruido” (Liria Arroyuelo)

¿Por qué amasar pan en los tiempos que corren?
“Hay que amasar pan en los tiempos que corren porque… precisamente ahora, hay que “meter la mano” a la masa hasta pringarse bien para que el “panpresente” salga rico, rico, rico.”
(Carlos Sáez)

¿Por qué amasar pan en los tiempos que corren?
“Hay que amasar pan porque en los tiempos que corren los niños ya no vienen con un pan abajo del brazo…” (Patricia McGill)

¿Por qué contar cuentos en los tiempos que corren?
“Porque con las palabras a las que podemos acceder todos, pues son muy baratas, sin movernos de nuestra silla damos la vuelta al mundo, construimos castillos, combatimos piratas, presenciamos fantasmas, lloramos un poco, y todo gracias a la magia de las palabras, por eso
siempre habrá un cuento y un cuentero” (Anyela Mary Valencia Estupiñan)

¿Por qué contar cuentos en los tiempos que corren?
“Porque todos estamos hechos de historias y necesitamos ecos que nos envíen a nosotros mismos, a nuestras recuerdos y que nos unan con el resto de historias en un aplauso común…” (Mariana Otero)

¿Por qué amasar pan en los tiempos que corren?
“Para no comernos el de Punset” (Alberto Sebastián)

¿Por qué contar cuentos en los tiempos que corren?
¿Por qué amasar pan en los tiempos que corren?
“Porque contar y amasar todos es empezar. Unos alimentan el alma y los otros el cuerpo. Porque los dos son esenciales al ser humano y lo han acompañado desde tiempos inmemoriales. Y porque estos son tiempos de comienzos, así que a contar y a comer pan.” (Patricia Picazo de Fez)

¿Por qué contar cuentos en los tiempos que corren?
“Porque justo en estos tiempos que parece que nos caemos todos es cuando más hay que levantarse y seguir. Por ejemplo, contando.” (Marcos Estebo)

¿Por qué contar cuentos en los tiempos que corren?
“Escuchar cuentos y contarlos es una solución a problemas y dificultades que tenemos las personas en cualquier momento de nuestras vidas” (Sara Ivars Asturiano)

¿Por qué contar cuentos en los tiempos que corren?
“porque por un ratito podemos vivir en otro mundo…” (Shara Martínez)

¿Por qué contar cuentos en los tiempos que corren?
“Es lo mismo que preguntar ¿Por qué respirar en los tiempos que corren? Uno no puede dejar de hacer lo que es necesario para la vida, cuando uno cuenta y se comparte y va armando historias con él o los que escuchan y tejiendo historias y vivencias” (Luis Ramírez)

¿Por qué contar cuentos en los tiempos que corren?
¿Por qué amasar pan en los tiempos que corren?
“Para que los tiempos dejen de correr y se hagan más a nuestro ritmo”
¿Por qué bailar en los tiempos que corren?
“Para lo mismo que contar y amasar” (María Eugenia Bergara)

¿Por qué contar cuentos en los tiempos que corren?
¿Por qué amasar pan en los tiempos que corren?
¿Por qué bailar en los tiempos que corren?
“Para ver las cosas desde ángulos distintos, en los tres casos” (Isabel Benito)

¿Por qué contar cuentos en los tiempos que corren?
“En los tiempos que corren podes comprar pan hecho del gusto que quieras y podes comprar cuentos del lugar del mundo que quieras, pero cuando uno cuenta un cuento o amasa el pan le pone su sello personal. En ese cuento y en ese pan van parte de uno, de su historia, de su forma de ser y de sentir y eso no se puede comprar, porque viene con uno y sólo uno puede darlo. Por eso aunque se usen las mismas palabras o se utilicen los mismos ingredientes no hay como un cuento contado por mamá… y no hay quien iguale el sabor del pan de la abuela…”
(Laura Mantero)

¿Por qué contar cuentos en los tiempos que corren?
“Porque cuando cuento o escucho contar:
Tengo esa sensación de ansiedad de caballero del Rey Arturo congregado a la mesa redonda, ¿no?, esa sensación de que, por un ratito, nos sacamos la “otredad” para defender la capa y la espada de la gran causa (no sé cuál será. ¿será humanidad?). No importan nada los que no me
quisieron, los que me quisieron mal, los que me quisieron distinto de cómo yo quería que me quisieran: when I’m in story, ¡YO LOS QUIERO! Entonces, no hace falta nada más: La bruja que en los adentros mezquinos siempre está siseando: Y vos, mortal buena para nada, ¿vos, vos cómo vas a validar tu paso por el mundo, eh? No tiene absolutamente NINGÚN poder. Si la historia es buena, ¡se acaban los enemigos! ¿Por qué viste ese dicho que un enemigo es alguien cuya historia
aún no hemos escuchado? Recupero la de (aunque no la haya perdido) Siento una gratitud a ultranza. ¡Brillo, José! (en los adentros) Bueno, y si sigo, más me vienen, pero
para no espantarte en seguida de habernos FB-amigos, me interrumpo acá.”
(Marta Bruno Singh)

¿Por qué amasar pan en los tiempos que corren?
“Porque en tiempos de Twitter, de Facebook, de Yahoo, de Google, de cell phones, de Ipods y todas esas cosas, que parece que nos tocáramos y al mundo, pulsando teclas, me hace tan bien darme a las manos, al ritmo primario de amasar, al tiempo de levar, y al perfume del
pan recién horneado.” (Marta Bruno Singh)

¿Por qué contar cuentos en los tiempos que corren?
“Porque cuando cuento o escucho un cuento esa historia que es pasado se hace presente… compartido y nuevo.” (Adriana Ronchi Vaianella)

¿Por qué contar cuentos en los tiempos que corren?
“Porque cada cuento lleva parte de la historia de cada uno y a la vez una parte de la historia de todos.” (Kuky Amado)

¿Por qué contar cuentos en los tiempos que corren?
¿Por qué amasar pan en los tiempos que corren?
¿Por qué bailar en los tiempos que corren?
“Los cuentos son para aprender, para fantasear, para viajar, para gozar, para vivir… es un placer que nos pertenece a los seres humanos del cual no somos capaces de prescindir. Amasar pan es hacer el propio alimento, si los cuentos alimentan la mente, el pan alimenta el cuerpo y su olor llena nuestra nariz y su sabor acaricia el paladar. Y el baile ¿por qué bailar en estos tiempos? Porque a través del baile controlamos el cuerpo y lo dejamos libre al son de nuestro ritmo, de nuestra expresión. A través del baile dejamos vislumbrar una parte que está oculta, una parte que muchas veces no sabemos ni que tenemos. Y, como se suele decir: que nos queda más que la voz, que nos queda más que nuestro ser, nuestra pasión, nuestra esencia… (Ana Ponte)

¿Por qué respirar en los tiempos que corren?
“Una pregunta difícil, pero ahí va… Un resumen con tres razones fundamentales: para ver salir el sol cada mañana, para disfrutar con la sonrisa de un bebé y para recibir miles de besos y abrazos cada día.
Ah, y por ver jugar al Barça… pero esta ya es una razón más subjetiva xDDDD”
(José Antonio Teodoro)

¿Por qué respirar en los tiempos que corren?
“Si los tiempos corren, se agitan, se cansan. Si se agitan y se cansan se acelera la respiración. Por eso, es necesario detenerse a respirar profundo para poder, de a poquito, volver al ritmo normal.” “Además los tiempos no corren, Vuelan!" (Giselle Lalo)

¿Por qué respirar en los tiempos que corren?
“O temporai o morei” (Pili Fernández García)

¿Por qué contar cuentos en los tiempos que corren?
¿Por qué amasar pan en los tiempos que corren?
¿Por qué bailar en los tiempos que corren?
¿Por qué respirar en los tiempos que corren?
“Contar, amasar pan, bailar, respirar… para compartir. Cuando contamos intercambiamos emociones que empiezan en las palabras pero van más allá. Cuando amasamos pan hacemos algo más que cocinar, en nuestras manos concentramos toda nuestra energía y la regalamos una vez cocinado el pan. Cuando bailamos repartimos esa misma energía a nuestro alrededor y la contagiamos. Cuando respiramos… compartimos la vida. Sean cuales fueren los tiempos, parémonos un momento y miremos a nuestro alrededor… seguro que alguien respira con nosotros. Cuando le descubramos sabremos que ha valido la pena.”
“Ui, lo siento, es que he respondido las cuatro en una… llegué tarde…” (Susagna Navó)

¿Por qué respirar en los tiempos que corren?
“Porque hace falta coger aire para que luego, al soltarlo, suene el clarinete.”
(Nono Granero Moya)

¿Por qué respirar en los tiempos que corren?
“Porque no soy suicida”
“Porque sean tiempos de hormigas, de caracoles, de gorriones o de pulpo siempre respiraré, no soy suicida para no hacerlo. Estén parados, caminando, nadando o volando estos tiempos. Además respiro cada cuento.” (Armando Quintero Laplume)

¿Por qué respirar en los tiempos que corren?
“Porque respirar en los tiempos que “no corren”, no tiene ningún mérito… los artistas damos el respiro en los tiempos que corren, asi que mañana saldré a trotar temprano a ver si alcanzo el
tiempos.” (Hanna Cuenca)

¿Por qué contar cuentos en los tiempos que corren?
¿Por qué amasar pan en los tiempos que corren?
¿Por qué bailar en los tiempos que corren?
¿Por qué respirar en los tiempos que corren?
“En las preguntas está la respuesta” “es igual contar que hacer pan, una necesidad.”
(Sergio Martínez)

¿Por qué contar cuentos en los tiempos que corren?
¿Por qué amasar pan en los tiempos que corren?
¿Por qué bailar en los tiempos que corren?
¿Por qué respirar en los tiempos que corren?
“Primero porque si no respiro me muero y yo quiero vivir, corran o vuelen los tiempos yo tranquila respirando lenta, profundamente disfrutando, disfrutando es mucho y muy hermoso lo que me rodea.” (Liria Arroyuelo)

¿Por qué respirar en los tiempos que corren?
“Sencillamente para invertir en la felicidad de los que amo (en estos tiempos se ha convertido en una prioridad que me hace supremamente feliz a mí también)” (Ángela María Zevallos Mendoza)

¿Por qué respirar en los tiempos que corren?
“Porque es mejor estar viva para poder escuchar cuentos cada día en mi consultorio de psicología.” (Mariana Otero)

¿Por qué respirar en los tiempos que corren?
“Para remover los aires” (Isabel Benito)

¿Por qué contar cuentos en los tiempos que corren?
¿Por qué amasar pan en los tiempos que corren?
¿Por qué bailar en los tiempos que corren?
¿Por qué respirar en los tiempos que corren?
“a todas las preguntas: para sembrar.Para recoger…” (Noemí Caballer)

¿Por qué respirar en los tiempos que corren?
“Porque si no, ¿cómo voy a oler las flores, el rocío de la mañana o las prendas que se secan al sol? ¿Cómo voy a oler la brisa marina, la hierba recién cortada o el olor de su pelo?” (Ana Ponte)
“o el caldo gallego que cocina mi suegra?” (Agrega Noemí Caballer)

¿Por qué respirar en los tiempos que corren?
“Porque amo la vida corran los tiempos que corran, a respirar hondo y ponerle el cuerpo a lo que venga.” (Beatriz Monaco)

Después de todas estas respuestas puedo volver tranquilo a las mías.
¿Por qué contar cuentos en tiempos que corren?
¿Por qué amasar pan en los tiempos que corren?
¿Por qué bailar en los tiempos que corren?
¿Por qué respirar en los tiempos que corren?
Contar por contar.
Amasar pan por amasar pan.
Bailar por bailar.
Y respirar para poder hacer todas estas cosas y muchas más.

Muchas gracias a todos los que respondieron a estas preguntas.
Abrazos y besos

sábado, 14 de enero de 2012

EL ARTE DE CONTAR HISTORIAS DE VIVA VOZ EN TIEMPOS DE CRISIS.

Por un lado y por otro escuché decir que nuestro oficio de narradores orales, contadores de historias o cuentacuentos, está a piques de desaparecer. Que algo que empezó hace no muchos años está llegando a si fin. Que los cuentos contados de viva voz están en vías de extinción.
Yo creo que estamos en tiempos de crisis, en una época rara. Que los que nos dedicamos a esto de contar historias no sabemos de dónde vamos a sacar el dinero para los garbanzos. Pero justamente creo que, por lo raro de los tiempos que corren, nuestro arte está en alza.
Entiendo que las programaciones a las que estábamos acostumbrados están disminuyendo o desapareciendo, que los festivales no saben cómo sustentarse, que los bares están cerrando, que todo parece indicar que no quedará ni un hueco en donde contar.
Creo que lo que fue nuestro sustento está en la incertidumbre más absoluta y que los que no sabemos hacer muchas otras cosas probablemente terminemos de dependientes en el Corte Inglés o recurriendo a nuestras otras escasas habilidades para poder llevar un plato caliente a la mesa en estos tiempos de frío (extraño también el clima, por cierto)
Pero quizás sea el momento de pararnos a pensar porque contamos.
De detenernos y ver las caras de la gente escuchando en las pocas sesiones que tenemos.
Y de salir a la calle a buscar nuevos espacios, porque en los tiempos donde la extrañeza del cotidiano nos invade, una buena historia bien contada puede darnos un respiro.
Hay gente que quiere escuchar historias y hay gente que quiere contarlas. Entonces no se está extinguiendo nuestro arte, sino el sustento al que estábamos acostumbrados en los tiempos de vacas gordas.
Ahora las vacas estan flacas y se las lleva la brisa. Vuelan por el aire entre las amapolas y los girasoles (junto con las mariposas) , se cruzan y sonríen con las nubes…. Y esto alguien tiene que contarlo. Ahí estamos nosotros que con nuestra voz, nuestro gesto y nuestras emociones, dispuestos a viajar por otros mundos con quienes quieran acompañarnos, para luego volver renovados y con nuevas esperanzas.
Sé que esto suena romántico y contar por el placer de viajar no alimenta el cuerpo. Pero no olvidemos que nuestro oficio tiene mucho de alimentar el alma.

sábado, 7 de enero de 2012

Reflexiones del 7 de enero del 2012

Hay un momento en la vida, para algunos más temprano para otros más tarde, en el que una persona empieza a cuestionarse la verdadera identidad de los Reyes Magos.
Lamentablemente un día cualquiera, cercano o lejano al 6 de enero, uno se entera de la dichosa verdad. O por lo menos de esa que es voz pópuli “Los reyes magos son los padres”.
Algunas personas deciden mantenerse en la ignorancia y pasar un par de noche de reyes más haciéndose las despistadas, para poder seguir viviendo esa noche con la misma ilusión, o para no decepcionar a los reales reyes magos (valga la redundancia), que con tanta ilusión hacen de puntillas recorridos por toda la casa, buscan escondites nuevos cada vez. Esos que beben la bebida a la salud de Melchor, Gaspar y Baltasar y comen la hierba en honor a los camellos que los desplazan (ante la terrible sospecha de estar a punto de ser descubiertos).
Tarde o temprano asumimos que los Reyes Magos no son tres, no viven en oriente, no saben conducir camellos, que no son reyes y, lo peor de todo, que no son magos.
Desde ese momento pasamos de la euforia y el desasosiego que nos provoca la proximidad del 6 de enero, a la absoluta apatía, pasando por el escepticismo. En algunos casos para no perder la ilusión por completo algunas personas adultas se aprovechan de ciertas excusas que nos ofrece la vida como “como hay niños pequeños en la familia… ”.
durante los años siguientes los sustitutos de los Reyes Magos y sus pajes hacen lo que pueden para que no perdamos la ilusión. Pero en muchos casos este trabajo es en vano.
Descubrir la verdadera identidad de los Reyes Magos nos marca el comienzo de un camino hacia
la seriedad, los problemas necesarios para crecer, la toma de decisiones importantes, la madurez. En otras palabras nos marca, de una manera u otra, el comienzo de un camino que no lleva a la vida adulta.
Pero un día cercano al 6 de enero, ya con canas en la cabeza, nos descubrimos esperando el momento de despertar, de mirar que hay en las cercanías de nuestro zapatos, de disfrutar los reyes por nosotros mismos, sin excusas, sin miedo a que se rían de nosotros por creer una vez más en algo que según dicen los mayores (menores que nosotros) no existe.
Entonces vuelve la ilusión de pensar que los Reyes Magos son tres, viven en oriente, saben conducir camellos, que son reyes y, lo mejor de todo, que son magos y están dispuestos a sorprendernos una y otra vez en cualquier momento de nuestras vidas haciendo que nuestros deseos se conviertan en realidad.
En es momento descubrimos la verdadera identidad de los Reyes Magos.
José Campanari (52 años)